La Trinchera presentó Caldero
Tuve la oportunidad de asistir al ensayo general de Caldero, el más reciente show del grupo de danza La Trinchera, tras finalizar su residencia en el Museo de Arte Contemporáneo y culminar con sus presentaciones. Asistí con mi amigo y colega Cristian Sebastián, bailarín profesional clásico y diseñador industrial, quien reside en New York, pero se encuentra unos días en la isla. Quien mejor que él para acompañarme a una presentación como esta.
Caldero presentó la figura de la bruja a través de textos tradicionales puertorriqueños y asimilada por el folklor regional, encarnada en estampas coreográficas.
Una de las salas de la planta superior del Museo, fue el escenario de esta presentación. Y digo escenario pues el espacio se convirtió en varias escenografías y el público se movería por el espacio; iríamos tras las brujas. Abro un paréntesis para resaltar que al llegar al ensayo, un grupo de mujeres todas, cargaban sus cámaras digitales. Mujeres en los medios y en proyectos audiovisuales documentaban esta pieza que en su ensayo general, lució perfecta. Documentaban para publicar; para contar cada una desde su espacio. Y eso me pareció muy lindo. El futuro es bien femenino.
Caldero: Recetas de subversión doméstica, presentó la figura de la bruja a través de textos tradicionales puertorriqueños y asimilada por el folklor regional, encarnada en estampas coreográficas. En la pieza escénica convergen múltiples disciplinas que revelan el dominio de la bruja entendida como una entidad en completo control del espacio doméstico.
El ensayo comenzó y desde ese entonces fue un recorrido por el espacio, con performances increíbles en la construcción de la bruja puertorriqueña. Piezas de baile fuertes, contundentes; al estilo único de La Trinchera. El trabajo audiovisual de la creativa Mariana Roca estuvo muy bien logrado. Uno de los performances presentaba en la pared una pieza visual donde las bailarinas coreografiaban movimientos en posiciones lineales, progresivos; sus brazos y piernas, perfectamente coordinados, lograban crear la forma de un insecto. Los colores, el tratamiento y la dirección estuvo increíble. La producción sonora, curada y realizada por José Martí, al igual estuvo exquisita. El volumen perfecto y las entradas a tiempo, lograron transportarnos por las distintas estampas con sonidos electrónicos, de naturaleza, con elementos abstractos, casi alienígenas. Tonos oscuros, ambiguos, con texturas de selva, de cualquier mangle; propios del concepto de bruja.
“La propuesta fue muy interesante. La Trinchera ha sido muy consistente dentro de la exploración del estilo urbano, la apropiación de la sexualidad femenina, en temas de barrio y de índole de minoría. Han encontrado una serie de ingredientes dentro de la cultura puertorriqueña y esta en particular, toca el tema de las brujas puertorriqueñas y parte de la óptica caribeña”, converso con mi amigo Cristian Sebastián, luego de salir del ensayo y dirigirnos a darnos un cerveza en una barra santurcina.
“Esas brujas son sexys, pero también grotescas, con una serie de dicotomías, con lo irónico, el tema de lo sexual. Hay muchos temas que afloran segundo a segundo. Jugaron con elementos y sus sombras, ramas, pencas, la escoba. Se mantuvieron dentro del contexto caribeño, utilizando los recursos que muy bien saben que nos pertenecen”.
“La propuesta estuvo bien curada. El equipo de artistas que formó parte del equipo de producción y quienes estuvieron a cargo del vestuario, audiovisual, luces y sonido, fue parte del éxito de la pieza”. En el concepto y vestuarios, Beatriz Irizarry, en la iluminación, Coral Alemán, en el sonido, José Martí, en lo audiovisual, Mariana Roca y el arte gráfico por Marili Pizarro. La Trinchera por Beatriz Irizarry, Marili Pizarro y Cristina Lugo.
Con solo dos presentaciones en calendario, era obligado que abrirían más. Qué bien poder disfrutar de los piezas de La Trinchera. Que bien poder ir un miércoles a presenciar una nueva pieza del imaginario puertorriqueño.
Gracias por esto. Les felicitamos a todxs.
