Castro Barreto; coleccionista de conversaciones
En la foto: Pedro Álvarez, Antonio Castro Barreto, Walter 'Tito' Fernández y Lillam Nieves.
Nos citó en un lugar llamado POF -Pounds of Flesh-, en la calle Fortaleza del Viejo San Juan. Especificó que era frente a Cigar House, y gracias a Dios porque no existe rótulo que bendiga al enigmático lugar. Antonio Castro Barreto bajó a buscarnos y abrirnos aquel edificio que por afuera no parecía más que una mera residencia del Viejo San Juan. Luego de subir varios sets de escaleras -el ejercicio matutino-, llegamos a un piso que desde hace dos años, sirve como estudio y galería para artistas puertorriqueños. Al pasar los cuartos de techos estilo catedral, pudimos observar cómo cada artista rellenó e hizo suyo el espacio exhibiendo sus creaciones y las que se encuentran en proceso. Para Castro Barreto es importante dar a conocer la labor que se realiza en este espacio.
Antonio Castro nos dirigió a un salón espacioso que quedaba de frente a la calle; una brisa que entraba por los balcones de aquel lugar, nos acarició el cuerpo y apacigüó el calor veraniego de un día soleado de julio. Una cerveza local invitada por Antonio nos da la bienvenida y ya sentados, comenzamos a conversar con quien es coleccionista de arte, entrenador personal, agricultor y productor de tabaco. Hablamos de una persona multifacética, que no les quede duda. Su pasión por el arte y la creación, despertó alrededor de los diecisiete años cuando comenzó a asistir a exposiciones de arte junto a la historiadora Marimar Benítez, madre de un amigo suyo. En principio pensó que coleccionar arte estaba fuera de su alcance, que era muy caro, hasta que adquirió su primera pieza en el 2007.
No obstante, el coleccionar también le era pasión, antes de coleccionar obras, de pequeño coleccionó cartas, bolas de pelotas y otros objetos. Para Antonio Castro no es el adquirir un objeto lo importante, sino la organización del conjunto de objetos relacionados; “es el organizarlo de una manera coherente”. Al adquirir esa primera pieza se propuso metas para lograr su objetivo. Como la adquisición de arte requiere de una inversión considerable, el marco de tiempo determinado para llegar a tener una colección fue el adquirir al menos una pieza al año, a veces si se podía dos.
¿Por qué arte contemporáneo?
Las piezas que componen su colección son parte de este movimiento y no es casualidad. El arte para Castro Barreto tiene que hacerle sentir algo. “Para mí una pieza tiene que tener una historia, sea una que tenga que ver conmigo directamente o sea una que el artista me pueda explicar”. Por lo tanto, el arte que colecciona mantiene una relación estrecha a su realidad y entorno. Compra piezas de sus pares, de artistas de su generación, que han vivido y experimentado los mismos sucesos culturales e históricos que él. A su vez, el arte de su colección en su mayoría es de autoría puertorriqueña, porque son las piezas las que cuentan la historia, la de él y la de muchos de nosotros. Algunos de los artistas que sus piezas se encuentran actualmente en su colección son Bobby Cruz, Aby Ruiz, Karlo Andrei Ibarra y Melvin Martínez.
Coleccionista Contemporáneo
Recientemente dos las piezas de su colección se están exhibiendo en Contemporánea Internacional, en el Museo de Arte de Puerto Rico. Lo tomó de sorpresa que escogieran piezas suyas y entiende que aún tiene que reflexionar lo que eso significa. Sin embargo, esas piezas exhibidas en el museo lo que logran es “darle un empujón al artista” porque las piezas adquieren valor y prestigio, además de que enriquecen el currículo del artista cuando entran a una institución.
“Tanta pieza almacenada es un problema”, nos dice, "porque las obras son para verse y salir". Después de comprar una obra de arte lo que sucede es que esa obra adquiere valor por medio del mercado. Nos explicó que, si un coleccionista tiene una obra de un millón de dólares, y luego adquiere una de "Juan Pérez" a quien nadie lo conoce, el arte de Juan adquiere valor por el hecho de la compra venta y de estar junto a otra obra de mucho valor o reconocimiento. Juan Pérez y su arte despiertan suspicacia, lo que hace que se vaya conociendo más sobre él y se respete como un artista serio.
Otra peculiaridad de quienes coleccionan arte es que normalmente lo mantienen en secreto. El anonimato proviene del valor de las piezas, y piezas que usualmente se están moviendo de un lugar a otro. Él no le ve razón alguna para el anonimato, pero respeta a sus compañeros que lo hacen. Es como un secreto gritado al viento, parecido al mágico espacio donde nos encontrábamos a medio día conversando con Antonio Castro.
Al preguntarle qué artistas contemporáneos locales son sus favoritos no nos pudo contestar. Para él sería injusto mencionar a unos y a otros no. Mas que favoritos, es la relación que tiene con cada artista, con algunos tiene un lazo más fuerte, pero todos son sus maestros. Sin embargo, nos contó qué pieza de arte lo impactó recientemente. La obra es de una graduada de la Escuela de Artes Plásticas, que se llama Ada del Pilar Ortiz. La pieza se estaba exponiendo en el Museo del Arsenal en la Puntilla en Viejo San Juan, junto a otras de los graduados de este año. No obstante, al tratar de visitar la exposición y ver la pieza; se dio cuenta que las salas del museo donde se encontraba la exposición estaban cerradas; aunque visitó el museo en el horario previsto por ellos. Regresó al día siguiente y se topó con la misma situación. Dadas las circunstancias, redactó una carta dirigida al gobernador, demandando una explicación del por qué esas salas se mantenían cerradas en vez de abiertas para que el público general pudiera disfrutar de la exposición. También exigió que se investigaran las irregularidades en el museo como contribuyente de este país. Al paso de un tiempo corto, se reanudó el acceso a la exposición y al parecer la carta enviada al gobernador y que compartió con en sus redes sociales surtió efecto.
La pieza de Ada del Pilar Ortiz se encuentra en estos momentos expuesta en el Museo del Arsenal de la Puntilla. La pieza despertó interés en Castro Barreto porque logró plasmar en un canvas una copia fiel exacta de un edificio histórico que se encuentra hoy día en pleno abandono y decadencia. La obra fue bautizada con el nombre de Transferencias Arquitectónicas, aunque se compone de dos canvas que llevan el título de Búngalo II y Obrero II.
Conversar para el crecimiento de la escena
Lo más que Antonio Castro disfruta del coleccionismo es conversar, el hablar es criticar; lo que produce el crecimiento de la escena artística. Saca a las personas de la zona de confort. Lo relaciona a la agricultura, en donde para expandir hay que tratar de cosechar plantas distintas, experimentar con el suelo, ver qué se puede dar, qué no y por qué. "Una pieza es una fotografía que tiene una historia... un cuento... y el mero hecho de mirarla y recordarla para mí es algo mágico”.
Según Antonio, hay un mercado de arte en Puerto Rico, que se divide en los coleccionistas que adquieren arte de mucho valor, “los mega coleccionistas” y otra escena muy pequeña de coleccionistas jóvenes. Para él, los coleccionistas jóvenes tienen la mente fresca, están abiertos a cosas nuevas y a romper una estética a la que estamos acostumbrados. Ellos son el futuro, los que pagan una pieza a plazo, poco a poco y trabajan para ello.
Antonio Castro complementa sus tres pasiones. El coleccionar arte puertorriqueño ayuda a los artistas que sobreviven día a día, fomenta su trabajo y creatividad. El trabajar junto a su hermano en una finca en Río Grande, lo hace presenciar el poder de creación del suelo, que nos alimenta. Es importante enfatizar que la agricultura está siendo tomada por jóvenes igual que Antonio y su hermano; es un micro de un macro que está en desarrollo a nivel país. A su vez, el volver a las raíces, el buscar un nuevo producto, una evolución, hizo que este par de hermanos comenzaran su cosecha de tabaco en la isla, retomando en sus manos la historia ancestral caribeña. En su faceta de entrenador personal es cuidadoso con lo que come, entre más orgánico mejor, así también producen en la finca familiar.
Por: Kristine Drowne | Xavier Valcárcel
Fotos y vídeos: Daliana Alvarado