Apenas saliendo el sol en la madrugada del 17 de agosto terminábamos los últimos trazos de un dibujo colosal ubicado en la Plaza Roosevelt, en Hato Rey, San Juan, Puerto Rico. La idea era plasmar una imagen efímera en el suelo aplicando solamente semillas de girasol, maíz, arroz y alpiste para que los pájaros la consumieran.