Mona, una santa aventura
Viajar es sin duda una de las experiencias más enriquecedoras que existe, que nos expande el conocimiento y nuestro punto de vista. Y si a esto le añadimos el puro contacto con la naturaleza, se vuelve en una experiencia real e inolvidable. El turismo de aventura es el que se realiza al aire libre en contacto con la naturaleza, explorando escenarios desconocidos y en donde se puede esperar lo inesperado. Y en estos días que todos andan buscando desconexión y más conexión con la naturaleza y lo divino, no puedo olvidar la aventura de acampar en la reserva natural Isla de Mona.
A 45 millas al oeste de la costa de Cabo Rojo, se encuentra esta isla con un clima seco, suelo calizo, playas paradisíacas, altísimos acantilados y paisajes inolvidables.
Desde que decides realizar el viaje, ahí comienza la aventura. Conseguir el calzado adecuado, el equipo para montar el campamento, todo lo que comerás y toda el agua que utilizarás tanto para beber como para las necesidades del campamento, el viaje a la costa oeste para llegar al puerto donde partirás, todo, se convierte en una aventura.
Para poder hacer este viaje, es preferible -y la mejor recomendación- ir con un guía certificado con experiencia. Mona aunque es un pequeño paraíso, es salvaje y así debe permanecer. En esta reserva natural, se realizan investigaciones por parte de la Universidad de Puerto Rico y la caza de animales, como las cabras y los cerdos salvajes, en una época del año. Su historia es larga y es mucho por lo que ha pasado, por tanto, ir con guías y grupos autorizados es la mejor opción, ya que mientras aprendes sobre historia, flora y fauna, especies endémicas, te llevan a los escenarios naturales más espectaculares.
Mi experiencia fue en el 2013, un viaje corto de 4 días y acampé en Pájaros. “Yo fui en el 2014 y en el 2017, ambas ocasiones con Ruta Nativa, y en ambos tuve experiencias distintas. La primera vez acampé en Sardineras y la segunda en Pájaros”, comenta Minelis Méndez (Mina), mientras nos damos una cerveza en el Lúpulo en Viejo San Juan. Hace un tiempo que queríamos hablar de nuestras experiencias acampando en Mona y decidimos encontrarnos a conversar.
Viajé con un grupo de alrededor de 12 personas. Mina por su parte viajó con grupos un poco más grandes. "El trabajo en equipo es fundamental y conocerse días antes de salir es de beneficio para todos. Convivirás por un tiempo determinado con diferentes personas, diferentes mentes, diferentes enfoques, por lo que conocerlos y conocer en que onda van, ayuda a que sea un viaje mucho más llevadero. Hay tareas para hacer y cada cual debe tomar un rol dentro del grupo, lo que lo hace aún más interesante. La logística es importante para pasarla bien”, comenta Mina.
“Esto se trata de pasarla bien, de prepararse y llevar lo indispensable”
Cada día hay expediciones. Cuevas, veredas, playas, el Faro. Los desayunos bajo las uvas playeras para comenzar el día y la vestimenta adecuada, te aseguran una mejor expedición. Es indispensable para cada expedición tener botas de hiking resistentes para el suelo diente de perro que hay por toda la isla, camisa roja o anaranjada y pito -requerido por DRN-, headlamp, sombrero, mochila para llevar meriendas y agua y una cámara -querrás capturar demasiados paisajes-.
Recuerdo caminar por todo el frontón, vía vereda del Indio, esquivando cactus y plantas de terrenos áridos hasta llegar a Punta Caigo o no Caigo, donde un peñón quedó justo al borde del acantilado. De ahí su nombre. Disfruté un rico baño en la playa Cocos, una de sus playas paradisiacas. Visité el legendario faro, que aunque abandonado y corroído por el tiempo, conserva el ambiente y la nostalgia de la época en la que se utilizó. Y caminé y caminé por sus veredas, disfruté el paisaje y agradecí el momento. Disfruté de las noches oscuras que nos acerca el cielo estrellado, uno de los más increíble que he visto y descansé entre las uvas playeras a orillas del mar Caribe.
Mina enumeró algunos de sus aventuras preferidas; “Entre las actividades que más disfruté están Cueva de Agua, Cueva Lirio, Playa Cocos, Snorkeling en Monito... experiencias increíbles que llevaré en mi ser, por el resto de mi vida", dice Mina emocionada mientras se le paran los pelos del brazo "mira, se me paran los pelos". "Entre ambos viajes conocí la isla de distintas perspectivas".
“Mona es un tesoro... es el galápagos del Caribe”.
Y es por esto que es sumamente importante su preservación, su conservación y limpieza. Como tendrás que llevar todo, tendrás que regresar con todo y si traes más, mejor. “Hay que realizar un turismo consciente. Es bien importante regresar con más de lo que llegaste. Hay un problema de basura grave en las costas de Mona, a donde llega basura arrastradas por las corrientes marinas, y es increíble ver las etiquetas de cada envase. Basura de Venezuela, Brasil, con textos en portugués, de La República, en fin, basura que lleva navegando tiempo en el mar Caribe y llega hasta estas costas. En nuestro grupo recogimos basura y cada uno llenó dos bolsas plásticas grandes del área de acampar”, explica Mina mientras exclamo "Que Mona pase por ti, y no tu por Mona".
La isla tiene mucho que ofrecer. Con una buena logística, sin impactar negativamente el ecosistema y salvaguardando sus recursos, los puertorriqueños contamos con una reserva para realizar este turismo de aventura, consciente y responsable. Esto nos asegura tener una reserva natural para estudiarla y para que futuras generaciones tengan la oportunidad de conocerla y disfrutarla desde la experiencia del puro contacto con la naturaleza. Hay mucho más por conocer de esta gema del Caribe.
Somos dos jibaritas aventureras y los ojos nos brillaban al conversar. Revivimos varias anécdotas que nos puso el corazón a palpitar, al recordar la adrenalina que vivimos. Hay que hacer esto más a menudo... crear memorias para contar, para conectar y mantenernos vivos. Hay que desconectarse de vez en cuando para reconectar renovados. Mona es uno de esos lugares para la desconexión.
Todas las fotos de la experiencia de Mina. Yo, perdí las mías. :)