Dos satos en Portland
Chencho y Jack son dos satos Boricuas, diría yo, que de los mejores ejemplares de la raza. Chencho nació días antes de María y sobrevivió en las calles de Ponce hasta que lo rescataron junto a un corillo de perros. Jack es natural del aeropuerto de Ceiba, y emigró a Austin ya hace dos años. Y hace unos wikenes atrás, nos fuimos pa’ Portland.
Viajar con nuestros satos es lo mejor, y usualmente no hay incidentes mayores. Pero cuando llegamos a Portland, Chencho decidió cagarla. Literalmente. Él también quería tener su dosis de “Portland fun” y decidió que era tremenda idea hacerlo en la famosa alfombra del aeropuerto de Portland.
Se nos hizo fácil conseguir un AirBnB que nos aceptara a las dos y así poder compartir con ellos la aventura del wikén. El primer día, nos fuimos para la costa. Una vez pasas la ciudad, llegas a una carretera rodeada por pinos verdes. En el camino de tres horas hacia Pacific City, tuvimos varias paradas interesantes - “trails” bonitos, aeropuertos convertidos en museos, playas de arena negra, y más. Un fin de semana es suficiente para darte cuenta de que Portland es una ciudad nítida, llena de paisajes lindos, buena cerveza, comida deliciosa, lugares interesantes, cabezas progresivas, y sí, muchos hipsters que adoran a los perros, entre otros clichés (saludos, Portlandia).
Lo mejor del viaje, como siempre, es la compañía. En este caso, de dos perritos que siempre nos hacen recordar que todos somos satos, y que de una manera u otra, todos somos sobrevivientes. Y más importante aún, siempre nos hacen sentir que llevamos un pedacito de isla con nosotras, en donde sea que estemos.
Jennifer es la mamá de Jack. Trabaja en mercadeo y se considera catadora de Moscow Mules. Y si ve una ardilla por la mañana, está contenta el resto del día.
Yo soy publicista y la mamá de Chencho. Vivo en Texas hace dos años, no me gusta el cilantro y me gusta comer con cuchara porque cabe más comida.
Por: Mariana Gallardo