RÍO, cuenca hidrográfica de El Yunque: “Un regalo a Puerto Rico”

Fotografía por: Daliana Alvarado

En Puerto Rico vivimos rodeados de agua. Contamos con 224 ríos y 553 quebradas que atraviesan nuestro archipiélago como venas vivas: nutren los suelos, refrescan los calores extremos y sostienen un mundo entero de especies. Para quienes crecimos cerca de un río, ese espacio es más que geografía: es refugio, memoria, lugar sagrado. Por eso llegar a una exhibición que coloca al río en el centro, que lo explora desde su fuerza, su mito y sus historias compartidas, es un verdadero privilegio.

Dicen que el río limpia, purifica. Entonces, esta exhibición se siente como un gesto de devolución: un acto de cuidado que amplía el diálogo sobre su importancia ecológica y sobre los significados colectivos.

Llegué a El Yunque para ver RÍO: Cuenca hidrográfica de El Yunque, la nueva muestra de ArteYUNQUE. Ocho instalaciones creadas por los artistas puertorriqueños Daniel Lind-Ramos, Dhara Rivera, Edra Soto, Frances Rivera González, Gisela Colón, Jaime Rodríguez Crespo, Jaime Suárez Toro y Lena Galíndez trazan un mapa sensible del sistema fluvial del bosque, desde perspectivas culturales, ancestrales y ambientales. Las obras revelan algo esencial: que el río es fuerza transformadora, memoria antigua y puente entre territorio, biodiversidad y comunidad.

La primera pieza que me recibe es de la artista puertorriqueña radicada en Los Ángeles, Gisela Colón. Su escultura monumental Ríos de Oro y Polvo una escultura monumental monolítica que hace referencia a antiguos artefactos culturales creados por la humanidad, como tótems, obeliscos, megalitos prehistóricos y cemíes indígenas del Caribe. Es imponente, luminosa, profundamente inspiradora.

Ríos de Oro y Polvo, Gisela Colón.

El Bosque Nacional El Yunque, uno de los más lluviosos del hemisferio Norte, es el origen de ríos como Espíritu Santo, Mameyes, Sabana, Fajardo, Santiago y Río Grande de Loíza, que abastecen de agua dulce a cerca de 750,000 personas, incluyendo comunidades en Vieques. Estas cuencas regulan el ciclo hidrológico, recargan acuíferos, previenen la erosión y sostienen hábitats esenciales para la biodiversidad. 

“El río se hace cuerpo”, pieza de Frances Rivera González.

Georgie Vega Porrata, directora de ArteYUNQUE, nos da un paseo por las ocho instalaciones. Durante el recorrido nos cuenta de cada artista, de cada obra y su relación con el río. A través de estas piezas, los artistas establecen un diálogo entre el arte contemporáneo y el paisaje vivo, invitando a la contemplación y a la reflexión sobre la interdependencia de los ecosistemas y las comunidades, así como sobre la urgencia de proteger nuestros recursos hídricos.

“Nos honra poder presentar esta tercera exhibición de ArteYUNQUE y contar con el valioso trabajo de un grupo excepcional de artistas. Agradecemos el apoyo incondicional del Servicio Forestal, que nos permite contribuir a su misión de expandir el diálogo y promover iniciativas que fomenten la conservación, la educación y la recreación responsable en la región del Bosque Nacional de El Yunque. Esta muestra invita a explorar, descubrir y conectar, celebrando tanto la naturaleza como la cultura puertorriqueña”, Georgie Vega Porrata-Doria, fundadora de theartwalkpr (AWPR) y directora de ArteYUNQUE.

Barroglifos de El Yunque Jaime Suárez Toro.

Durante el recorrido, tuvimos la suerte de encontrarnos con el artista Daniel Lind-Ramos finalizando su obra. Nacido en Loíza, Lind-Ramos es maestro del ensamblaje monumental y de la narración material, en los que teje narrativas complejas sobre memoria, resiliencia e identidad afrocaribeña. La Madre de Yocahú enlaza la mitología taína con la cuenca hidrográfica de El Yunque, considerada en la tradición como morada del dios. 

Daniel Lind Ramos y su pieza en proceso “La Madre de Yocahú”.

La obra representa a Atabey, madre de Yocahú y deidad del agua y la fertilidad, evocando una figura materna vinculada a la abundancia agrícola y a los ciclos de vida y renovación. La iconografía de Atabey aparece como un híbrido entre rana y mujer, evocando la fuerza generadora femenina. A través de las corrientes que nutren el bosque y sostienen su equilibrio ecológico, la escultura alude a la memoria ancestral que reconoce el agua como fuente fundamental de vida. El ensamblaje integra materiales naturales e industriales, creando una metáfora visual del flujo invisible y constante del agua y de los ciclos que sostienen el ecosistema. La escala imponente de la obra refuerza su presencia como figura maternal integrada al paisaje y en diálogo con las ocho cuencas hidrográficas de El Yunque.

“Esperamos que inspire a reflexionar sobre la existencia de los ríos, reconociendo las conexiones que fluyen desde nuestros ancestros hasta la vida cotidiana, fomentando el compromiso con la protección de los ríos, del Bosque Nacional El Yunque y de toda la isla.”
— Georgie Vega

Esta muestra estará abierta al público hasta el 18 de julio de 2026. Durante estos días festivos, es una gran oportunidad para visitar El Portal El Yunque, y dar una mirada, no solo a la natura, sino al arte en nuestro imponente y siempre presente bosque tropical El Yunque. <3 

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