Sophie Aurelie Eloy
La unión de nacionalidades, en una relación, puede ser bien interesante y variada y de ahí surgir personas con una doble manera de ver el mundo. Dos culturas, dos lenguajes, dos costumbres. Puerto Rico salió ganando al quedarse con esta boricua-francesa, criada en Montreal Canadá, Sophie Aurelie Eloy. Habla un español casi perfecto, pero se escucha entre palabras y algunas entonaciones ese exquisito francés. Ya lleva 15 años en Puerto Rico y es la responsable de que algunos de los restaurantes a los que vamos, tengan personalidad propia.
Sus comienzos se remontan a Montreal, a sus años de universidad, cuando comenzó con diseño para teatro y cine. “Me gusta decorar dentro de los encuadres”. Luego de varios años en esta industria, llega a Puerto Rico buscando calorcito, sin saber que sería el comienzo de una carrera exitosa en la ambientación de espacios. Sophie Aurelie Eloy, ambientadora y creadora de espacios, disfruta el darle personalidad a los lugares y el poder transportar, a quien lo ve y a quien entra, a una experiencia sennsorial. “Me crié en espacios decorados. En Montreal, salir a lugares, muchas veces significaba salir al frío, así que los espacios tenían que tener un ambiente chévere, para que en efecto, la gente saliera de sus hogares”.
Su preparación ha sido el trabajo de muchos años. Cuando hacía cine, el tener que leer el guión hacía que analizara cada detalle de la historia para crear el mundo físico del protagonista. Es por eso que cuando trabaja espacios, Sophie crea una historia en base a su cliente –negocio-, concepto y público que se desea recibir. “Lo que me define es que creo una historia. Esa historia es el pie forzado para comenzar a crear los espacios, con balances y armonía visual. Yo le doy mucho casco a mi trabajo… puedo amanecerme imaginando conceptos. Me gusta sorprender al espectador y que éste se sienta a gusto. En el detalle es que se crea la armonía”.
Una de sus obras más bonitas y que continúa creciendo, es la historia de Pirilo. Ubicada en la Calle Fortaleza #201, esta concurrida pizzería rústica con cervezas artesanales, cuenta la historia de Pirilo; un niño sanjuanero de los años 50… más o menos. Es un niño alegre, generoso y buena gente. En el primer piso se nos cuenta la historia de él, su gran amor Genoveva y nos transportan a un callejón inspirado en Italia, en una época determinda, con tirantes, antigüedades y sus pertenencias, entre detalles de la cocina italiana. Luego, cuando subimos al segundo piso, llegamos a la casa de sus abuelos y nos encontramos con chucherías de niños que guardarían de recuerdo; bobillitas, banderines, carritos, etc. En el nuevo Pirilo que pronto abrirá en la calle McLeary, conoceremos la historia de Pirilo y sus viajes; Pirilo de turista. Aviones, mapas, maletas, postales de viajeros, entro otros elementos, hacen de este espacio, uno muy acogedor y con atención al detalle para que pasemos un rato agradable. Algo que amé y es justo y necesario: hooks para enganchar la cartera debajo de la barra y varios enchufes directos al usb. ¡Detallazo! Ahora solo falta que abra y poder disfrutar de un ambiente lindo y sabroso... Pirilo quiere que estemos cómodos.
Su estilo lo define como creativo, funky -sin chocar- en búsqueda de balance entre el femenino y el masculino. “Una persona creativa necesita inspiración. Para esto hay que observar, salir a ver que se está haciendo, ver como lo puedes llevar a otro plano, a otro nivel y entonces crear tu propio estilo. La inspiración no es copiar, la inspiración es ver y crear con estilo propio”, asegura. “Me gusta trabajar las texturas y los colores… ¡puedo estar horas escogiendo colores! Me encanta jugar con la iluminación y las posibilidades de lámparas. En la búsqueda de materiales, muchas veces son los mismo materiales los que me inspiran”.
Entre sus proyectos más destacados también se encuentran: La B de Burro, The Garden, Diet Home, el salón de Belleza OM Studio Beauty City, el nuevo Guest House Casa Cecilia en Ocean Park y lo que fue Pa’l Cielo y El Rubí. “Me gusta inspirar a otros comerciantes a tener espacios lindos, agradables. La ambientación debería ser la primera inversión, porque es la primera impresión al cliente. Lograr captar la atención y que sea agradable, es la primera prueba que todo negocio tiene que pasar”. Al final del proceso, uno de sus clientes, dueño de negocio le ha dicho: “La mejor inversión en mi negocio ha sido contratarte”, y eso no tiene precio.
Pared vertical
Si has pasado por Ocean Park, y luego de pasar Kasalta, en dirección al último Trolley, ves que un edificio tiene plantas colgantes en las paredes, debes saber que ese es el primer ‘green wall’ en Puerto Rico creado por Sophie Aurelie. Los green walls o ‘paredes verdes’ son jardines verticales, utilizados de manera ornamental, pero también de manera estratégica, para conservar energía, purificar el aire y refrescar la estructura. “Se lo presenté al cliente y al principio lo dudó, por el alto costo que conlleva construir un jardín vertical. Luego de varias conversaciones y buscando la manera de aminorar costos, pude convencerlo, recordándole que el jardín vertical le daría un toque único a la estructura. El producto final ha sido de su agrado y de los vecinos del área”. Es espectacular y en muchas ciudades puedes encontrarte con éstos jardines. Es de valientes hacer esto, ya que es un sistema complejo desde la creación, la ejecución y el mantenimiento.
La estética de una ciudad
Le pregunté que le falta por hacer o lograr: “Pues me gustaría influenciar más allá de las paredes. Me gustaría trabajar con el entorno, pero en el colectivo… en la ciudad, en espacio abiertos y públicos. El entorno influye en el comportamiento del ser humano y me gustaría poder trabajar con calles, parques, con la fachada de la cuidad para crear armonía y que la gente pueda vivir mejor’.
Qué bueno que existe algo como la estética y que hay personas que se preocupan por el bien visual desde su casa hasta en la comunidad. Cada vez son más los lugares independientes que buscan salirse de lo ordinario y convertirlo en extraordinario. Jefes de negocios atrevidos, con visión, que su éxito estriba en lo diferente e innovadores que pueden ser. La verdad es que no hay nada como llegar a un lugar original, que habla y se comunica por sí solo, que te inspira hasta en el diario vivir. Me gustaría ver más espacios públicos o privados, abiertos o cerrados, todos pensados… que hagan sentir a gusto a los clientes, a los transeúntes y público en general.
¡Y qué bueno que vivimos en una isla tropical entre palmeras y cielo azul!
¡Gracias, Sophie… queremos ver más!
Más de ella, sus trabajos o para contactarla: http://sophieaurelie.com/