“Nosotros somos la diáspora”: una entrevista con el gran Pepe en su Sala

Por: Ana T. Colón García

Un martes en la tarde José “Pepe” Flores, 73, me espera sentado en un espacio amplio de paredes blancas, donde habitan instrumentos de bomba, una exhibición de fotos en blanco y negro, un televisor, una mesa y cuatro sillas, un sofá y una colección de más de 8,000 vinilos. 

Este centro cultural en el Lower East Side conocido como La Sala de Pepe es una adaptación de la  sala del hogar de Flores, donde años atrás comenzó a recibir a gente del vecindario para escuchar vinilos e intercambiar historias. 

Luego de trabajar como maestro de preescolar por más de 35 años, Flores abre un espacio cultural en la comunidad de Loisaida, donde vive desde los 19 años, tras migrar desde Puerto Rico, en un momento donde los puertorriqueños comenzaban a ser mayoría en el barrio. 

La Sala – según su página web – es un nuevo tipo de social club: un lugar donde distintas generaciones participan de intercambios culturales como exposiciones de foto, presentaciones de libro, sesiones de música y otras actividades que buscan combatir, según Pepe, la “amnesia cultural”. 

Nos sentamos para hablar sobre la creación de este espacio y su significado y futuro en la comunidad puertorriqueña de Nueva York. 

[Esta entrevista ha sido editada para mayor claridad y brevedad] .

¿En qué momento te nace la idea de crear La Sala de Pepe? 

Bueno, la sala de Pepe no fue una creación espontánea... Fue algo que se fue dando porque, bueno, mira esto… 

[Pausa para enseñarme una colección de vinilos que cubre tres paredes completas] 

Pues esto y los libros. La gente sabe de uno. Los músicos, gente que escribe. Poco a poco, cuando la colección llega a sobre 8,000 LPs, pues la gente, como que dice “ah, mira, ahí tiene que haber información”.  A veces es información de una carátula de un disco, o de un compositor, o un arreglista… 

Entonces, la gente lo llamaba así, decían [agarra un teléfono imaginario] “¿dónde tú estás?”, “en la sala de Pepe”... Y entonces yo mudé mi sala para acá. 

¿Para quién diseñas este espacio?

Para la comunidad en general… aquí hay gente que viene a oír música, gente que viene a leer, gente que viene a ensayar. Se hacen actividades como presentaciones de libros… y bueno, puedes ver las fotografías.

[Señala una pared llena de fotografías en blanco y negro] 

Esto es un grupo de teatro que surgió en este barrio en el año 74 y duró hasta el 87… Teatro 4, porque fue fundado en la calle 4, entre la B y la C. Esto es del archivo de mi hermana, que falleció joven. 

¿Cuán a menudo cambian las exhibiciones? 

Cada dos o tres meses, depende según la dinámica que se da con esto, por lo general se hacen actividades alrededor de lo que se está exhibiendo. 

¿Quién llega al espacio por lo general? 

La gente del vecindario, primero que nada… hay gente que viene de fuera del vecindario que le han mencionado y que vienen a ver la exhibición que está en la pared o gente que simplemente caminan por ahí, de momento ven y entran y se interesan por lo que está en el sitio, por lo que está pasando aquí…. Pero mayormente la gente de la comunidad. 

¿Cómo interactúan las distintas generaciones con el espacio?

Bueno, la gente joven son los que corren esto. Desarrollan los flyers y vienen y colaboran cuando hay una actividad. Es un grupo que se complementan, se alternan.

Cuando se va a hacer una galería, son los que vienen a hacer el trabajo bajo mi colaboradora Lyn [Pentecost].  

En el evento del debate [para la gobernación de Puerto Rico] un 90% de la audiencia era gente joven y mujeres. Para mí fue bien importante… 

¿Por qué es importante para ti que hayan personas jóvenes aquí y que seamos mujeres las que venimos? 

Nosotros venimos de una sociedad bastante machista y es importante que las mujeres desde jóvenes se integren y tengan conciencia de la isla. 

Por ejemplo, para mí hay un fenómeno en Puerto Rico que se dio, empezó hace como 15, 20 años… es cuando las mujeres se integran a la bomba. 

En Puerto Rico… cuando yo me crié, tú no veías una mujer bailando, tú sabes…mujeres tocando y cantando en la bomba. Y para mí, ustedes son las que rescataron la bomba, prácticamente. De hecho, hoy en día se toca bomba por todo Puerto Rico… 

Entonces, pues, en el ámbito de la política también es importante que se involucren y que haya una presencia femenina, de valor, de importancia, de militancia. Ya la mujer no es la que está para servir la comida, para limpiar el sitio… aquí limpian los hombres, las mujeres… todo el mundo aquí mete mano…

Para mí es bien importante… y no solamente para mí, es para nuestra lucha, se necesita que haya esa presencia femenina en la lucha. 

¿Cómo ves la relación entre la Sala de Pepe y Puerto Rico? 

Yo soy la diáspora. Nosotros somos la diáspora. Yo llegué aquí hace 52 años y siempre he estado vinculado a lo que está pasando en Puerto Rico y la Sala, porque yo soy el que estoy aquí liderando esto y como yo creo en la importancia de que la diáspora esté consciente y proactiva sobre lo que está pasando en la isla, pues la Sala está abierta para eso. 

Aquí hace poco se hizo una actividad para recoger artículos de higiene para las mujeres de Vieques y Culebra. Se recogieron como dos maletas. 

[Ana Irma] Rivera Lassén, estuvo aquí, estuvo [Juan] Dalmau cuando el desfile [la parada puertorriqueña]…El jueves antes del desfile se hizo una campaña para recaudar fondos para Rivera Lassén y después vino Dalmau a dar una charla y llegó gente como loco. 

Es importante que la diáspora esté envuelta en lo que está pasando en Puerto Rico. Como fuente de información, como un sitio accesible para reuniones, para eventos… pues estamos en esas. 

¿Cómo te vinculas tú y tu identidad con Puerto Rico? 

Yo me reafirmo más en mis raíces y mi compromiso por la liberación de Puerto Rico.

Cuando yo llegué aquí mi primer apartamento era en la Calle 3. Era 75 dólares por 2 habitaciones, sala, cocina y baño y yo he visto el cambio que ha dado este vecindario a través de los años. Hemos sido victimizados por la gentrificación….  Los políticos de turno que nos han traicionado, que le han vendido nuestro vecindario canto a canto a los desarrolladores. 

Este espacio, en esta comunidad, tiene un rol bien importante porque es… para combatir esa amnesia cultural que padecen algunos de los políticos… que hay un espacio aquí en esta comunidad que responde a los intereses de la comunidad puertorriqueña principalmente. 

Aquí viene gente de Brooklyn, viene gente del barrio, viene gente del Bronx… no se limita solamente a la gente del vecindario. Y como yo he visto esos cambios, pues por lo menos tener un espacio que les recuerde a esta gente que, “mira nosotros, hemos sido parte vital de este vecindario y que no vinimos aquí a vivir de welfare”

De todas las cosas que han hecho hasta ahora en la Sala de Pepe, ¿hay algún evento o actividad que recuerdas con particular orgullo? 

Yo no tengo preferencia, para mí todos son importantes, todos. Cada uno tiene algo que lo hace especial. 

Es como cuando la gente me pregunta, “¿cuál es tu disco favorito?” Para mí todos son favoritos... Si escojo uno que es mi disco favorito después los demás discos me van a decir”, ¿ah? ¿Ahora me vas a tocar a mí?  Qué bonito… [se ríe] Quédate con aquel”. 

Por ejemplo, este proyecto [de fotos en exhibición] que está ahora, para mí es bien importante, porque mi hermana fue parte de ese grupo.. Eso es algo que pasó aquí hace 50 años atrás y es una manera de recordarle a la gente.

La gente llega y dice “¡mira yo conozco a ese, yo conozco a aquella!”... hay una relación entre el que viene y lo que está en las paredes. 

De aquí a 10 años, ¿cómo se ve la Sala de Pepe? 

Bueno, yo espero que, a lo mejor que crezca, sería chévere. Pero si es aquí que voy a estar, pues, seguiré haciendo más de lo que estaba haciendo anteriormente. La palabra que yo uso es maximizar el espacio y los componentes: la música, los libros, los discos, las paredes… Tener siempre algo en las paredes que refleje el vecindario o una experiencia que va con el vecindario. 

Y mi última pregunta, si estuvieras en una isla desierta y sólo puedes tener uno de tus discos, ¿cuál sería? El resto [de los discos] no se va a enterar. 

[se ríe] Sería un disco de Tito Puente. El Dance Mania… que es posiblemente el mejor disco en términos de letras, composición… tiene boleros, tiene chacha, tiene rumba, antes que se llamara salsa, mambo, tiene latin jazz. O sea, tiene todos los elementos que debería tener un disco. Pero sí, no se lo digas a los demás.

Una plaza; infinitas posibilidades