Cristian Sebastián, diseñador industrial. f. D. Alvarado
Andaba en mis stories de instagram cuando mi amigo sube unos vídeos de un lugar de diseño con el location en ‘Plaza del Mercado de Río Piedras’. Me resultó curioso saber en qué andaba. “¿Qué es ese lugar?” le pregunté. A lo que él me contesta, “ven a visitarme y te cuento”.
Fue para noviembre y entre momentos de tiempo libre, decidí visitarlo. Llegué a la Plaza del Mercado de Río Piedras y casi dándole la vuelta completa desde donde entré, encontré este espacio muy particular entre las viandas, las cafeterías y la lotería. Se trata de un laboratorio de impresión 3D de la Plaza del Mercado de Río Piedras.
“Este espacio antes era una pescadería y hace dos años se habilitó para el desarrollo de objetos 3D, al lado de las verduras, entremedio de los palos santos, de las batidas y los souvenirs”, me cuenta con toda su pasión Cristian Sebastián, mi amigo, diseño industrial y artista, a quien se le ha hecho particularmente retante conseguir oportunidades de trabajo en diseño en Puerto Rico.
Me puede sonar alarmante que ya no esté la pescadería, pero, los tiempos cambian, la manera que compramos cambia y la plaza se encuentra en un proceso de remodelación y revitalización. Que coexista este tipo de actividad de diseño en un contexto de un lugar público, donde los transeúntes pueden ver los procesos, me parece interesante e innovador. ¿Cómo hacemos espacio para todxs? Pues dándole espacio a todxs. ¿Cómo revitalizamos los lugares? Trayendo nuevas ideas, habilitando los espacios en desuso y creando nuevas relaciones.
La oportunidad de crear un archivo histórico
El laboratorio llevaba unos meses cerrado pues no encontraban a alguien con los conocimientos y las destrezas para manejar este tipo de tecnología. Hasta que dieron con Cristian Sebastián. Ahora, Cristian supervisa la conservación de las impresoras 3D, se encarga del desarrollo de modelos e inspecciona que todo esté bien para imprimir. “Este espacio se da gracias a la pasión por la tecnología y la iniciativa de la oficina del vice alcalde, Israel Alicea y su equipo de trabajo. Dada la oportunidad, le estoy dando este aspecto de archivo histórico. Aunque vamos pa’ lante, no todos nos acordamos lo que hubo en el pasado. Así que trabajo en lo que fue la fachada de esta plaza. Un poco de archivo histórico”.
“Ahora mismo estoy haciendo una cronología de impresiones en 3D de las tres plazas que han ocurrido. La plaza se encuentra en una actual remodelación y rebranding y esta será su cuarta fachada. Estoy creando un poco de archivo de lo que ha pasado y pasará. Esta versión no es otra cosa que la plaza del 1950 y pertenece a un estilo de arquitectura brutalista”, explica.
En sus manos, prototipo de plaza pública con la fachada del 1950.
““Como diseñador y persona de pueblo, me encanta esta oportunidad. Tienes que sentir amor por el pueblo al estar aquí en una plaza pública. Estás inmerso en este espacio. La plaza tiene unas dinámicas particulares y el espacio mismo repercute en tu proceso creativo”. ”
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Posibilidades a futuro
“¿Y cuáles son las posibilidades a futuro?”, le pregunto.
“Las posibilidades son numerosas. Primero, hay que entender que las impresoras 3D son para el desarrollo de objetos. Hay que tener visión. ¿Qué estoy haciendo? ¿Cuál es su finalidad? ¿Quiénes son mis usuarios? ¿Cuál es el costo de producción?”. En mi caso que soy Diseñador Industrial, existen muchas posibilidades de creación de objetos, no solo souvenirs. Esto también puede extenderse para que los mismo artesanos de la plaza puedan someter sus diseños y puedan autogestionar el desarrollo de sus moldes y trabajar con yeso, cemento, metal y cualquier otro material que deseen manufacturar. Y a mi encantaría poder recrear una experiencia cuasi inmersiva de lo que ha sido la evolución de la arquitectura y fachada de la plaza”.
Crisitian Sebastián y una de las impresoras 3D.
“Me interesa mantener la memoria de este lugar y las personas que la forjaron, alineado a un propósito y las necesidades de este sector. Quiero recopilar la historia a través de estudios de la arquitectura y objetos que forman parte del desarrollo del ADN de la plaza. No hay nada mejor para atender las necesidades de un sector, que trabajando en el sector mismo. Y eso es precioso. Ahí se me sale lo de filántropo, me convierto en profeta pues veo más allá de la capacidades física técnica de una impresora 3d, sino que se atiende las necesidades y además, puede propulsar la economía y fortalecer los pequeños comerciantes”.
En este momento histórico tan “Benito” que vivimos, donde saberme puertorriqueña es de un orgullo inexplicable, donde nuestra música, rasgos y elementos puertorriqueños resurgen y son admirados por todos los demás, me gusta pensar que podemos contar con un espacio de exploración para imaginarnos las oportunidades de reafirmación puertorriqueña y entregárselo al mundo en objetos y memorabilia. De saber de dónde venimos y hacia dónde queremos ir. De diseñar la vida de nuestros sueños. Esa que nos merecemos todos los puertorriqueños.
Éxito amigo y colega, y estamos pendientes al laboratorio de diseño 3D en la Plaza del Mercado de Río Piedras. Como dicen por ahí, ¡Rompe!