Isamar Rosado. Fotos por: Mónica Félix.
En Williamsburg, Brooklyn, el legendario sello de comedia improvisada The Second City, cuna de talentos que luego han brillado en Saturday Night Live, presentó Punk Intended, un espectáculo en vivo que mezcla sketch e improvisación y que sirve como un espacio de formación. Durante algunos domingos de abril y mayo, subió al escenario Isamar Rosado, la primera puertorriqueña en formar parte de esta nueva generación de comediantes en la sede neoyorquina del icónico teatro. Llegamos un domingo en la tarde a la presentación final donde fueron reconocidos los participantes y conversamos con Isamar sobre su participación, la improvisación y la representación en la comedia actual.
Brillo en el escenario y en los ojos… ¡y mucha ganas!
Isamar estudió teatro en la Universidad de Puerto Rico y luego se traslado a la ciudad de Nueva York donde completó una maestría en escritura creativa en NYU. Al llegar a los espacios profesionales en inglés, se dio cuenta de que no podía comunicar con fluidez su humor ni sus ideas. En lugar de tomar clases de inglés tradicional, decidió lanzarse a la improvisación: “No podía hacer chistes en inglés, no podía comunicarme profesionalmente, y en vez de tomar una clase de inglés conversacional, comencé a hacer improv”. Ya lo había probado en Puerto Rico con la LIPIT, y en 2010 retomó el arte de improvisar en Nueva York. Desde entonces, no ha parado.
Un día, un compañero le compartió una audición para el Conservatorio de The Second City, una experiencia intensa y colaborativa muy parecida al formato de SNL, con sesiones de pitching, escritura rápida y creación colectiva. Sin dudarlo un segundo aplicó y fue aceptada. “Aceptan a esta puertorriqueña con otro punto de vista”, dice entre risas, sabiendo que su identidad cultural es parte esencial de su comedia. Lejos de tratar de camuflarse, aprendió a abrazar sus referencias, su acento, su idioma y su experiencia. “El chiste es que no lo entiendan… and that’s ok. Eso es lo gracioso”.
Durante el día, Isamar es maestra de español en una escuela elemental, enseñando a niños de segundo y tercer grado. Y en las tardes, se monta en su bicicleta al salir de clases y se mueve por la ciudad entre ensayos, shows y talleres. “Soy maestra de día, comediante de noche”, resume con orgullo. Y no se trata de dos mundos separados: la improv también entra al salón de clases. “La utilizo con mis estudiantes, igual que me ayudó a aprender inglés, quiero que a ellos les sirva para aprender español. Y creativamente, creo que la improv es algo que personas de cualquier profesión deberían tomar. Es aprender a trabajar con el otro”.
En escena, Isamar confía en sus instintos, en los silencios y en su cuerpo. Ama los momentos donde no se dice nada y el personaje simplemente respira en el espacio. Para ella, la improvisación es “Lo primero que piensas, ¡go for it! Jump and do it. Muchas veces me he resistido a una idea y luego viene alguien con la misma. También, no estás sola en el escenario. Tus compañeros te van a apoyar. We have each other.”
Lleva su herencia como herramienta creativa. Su “arma secreta” es el español: lo usa para confundir, para crear personajes y para hacer referencias. Y, sobre todo, para estar presente, con honestidad y sin filtros.
““La comedia me llena, me da energía, me da una alegría que no puedo explicar””
Además de Punk Intended, desde hace tres años Isamar lidera un grupo de improvisación llamado “Glitter”, con funciones semanales en el Magnet Theater.
“Le puse brillo a mis ojos porque así me siento por dentro”, dice. Azul, violeta, plateado. Brillo que da y recibe, que comparte con el público y con quienes vienen detrás. Porque, como ella misma dice: “Quiero abrir puertas”. Y si no es ahora, ¿pa’ cuándo? Isamar lo tiene claro: vive el presente, paso a paso, brillando en sus escenarios. Y desde ahí, hace espacio para que más voces, más risas y más historias como la suya lleguen a brillar también.