Cuentas Pendientes: honesta liberación

Cuentas Pendientes: honesta liberación

La memoria es la función del cerebro que hace recordar sucesos del pasado. Ir hacia atrás. Revivir. No olvidar. En sucesos que nos marcan la vida, muchas veces, preferimos hacer que olvidamos, pero nuestro cuerpo no olvida. El recuerdo vive pegado; detrás de los ojos y debajo del pelo.  

El 9/11 es un número de historia. Nuestra generación recuerda el atentado a las torres gemelas en la ciudad de Nueva York, pero hubo otro suceso que marcó la historia en Latinoamérica:  11 de septiembre de 1973. Chile.

Cuentas Pendientes, el documental de la directora Arleen Cruz Alicea, que subió a los cines Fine Arts de Miramar y Popular Center, y Cinema Bar, documenta la historia del periodista chileno Carlos Weber, quien abre su vida, su dolor y se dispone a liberar o a cerrar capítulos, regresando a su natal Chile para encuentros y conversaciones pendientes. Periodista ancla de uno de los noticieros del país, Weber llegó a la isla hace 27 años, sin saber, que se convertiría en su casa y la de su familia. Con una voz crítica y un temple profesional, nunca imaginarías el pasado doloroso. Detrás de ese micrófono y esa corbata, se guarda una historia dura. La realidad es que sabemos muy poco del otro.

El documental presenta todos estos encuentros que nos acercan a su vida personal, su gente, su juventud y su familia. Conversaciones que se componen mayormente de silencios que humanizan, de suspiros que nos recuerdan la vulnerabilidad de cada individuo y el recuerdo de los que no lograron salir con vida. Haber vivido el Golpe de Estado de 1973 liderado por Augusto Pinochet, ser privado de la libertad, torturado y salir con vida, es una suerte que muchos no tuvieron. Imaginar que quizás no sales con vida, ha de ser una de las experiencias más traumática de un ser humano.

Desde la esencia

Para la directora y productora, Arleen Cruz de Producciones Once 9, ha sido un largo camino recorrido en el cual pudo reconocerse a ella misma desde dos escenarios distintos: como productora y directora. “Conecté con la directora que hay en mí, y esto lo logré desde lo emotivo. Llevo mucho tiempo trabajando como productora audiovisual y este proyecto me ha dado la oportunidad de trabajar desde otra perspectiva. He trabajado con muchas historias pero sabía que este tema de dictadura sería un asunto duro”. 

La coordinación de los encuentros los hacía como productora, y era en el desarrollo de los encuentros, que entraba como directora. “Cuando Carlos se me acercó para trabajarlo, yo me encontraba en un momento frágil y conectamos. Desde lo humano, desde lo emotivo, la vida me ponía esto en el camino y acepté”, comenta. 

Como directora se preparaba para cada encuentro. Las emociones eran inciertas y sabía que eran delicadas… esto se trata de relaciones humanas. “En el encuentro con la familia sentí una energía muy fuerte y pude presenciar lo intangible de su relación. Las conversaciones, los gestos, los cuentos. Otro de los encuentros significativos fue con su amigo en los asientos de un estadio. Ese amigo, fue el Carlos que se quedó. La última vez que se vieron fue encarcelados. Esa conversación fue muy liberadora. Así mismo con su hija y su papá”, recuerda Arleen, quien durante este rol logró conectar con su propia voz. “Realmente siento mi voz en este proyecto y hubo una conexión conmigo misma. Aunque no es perfecta (la historia), siento que he logrado conmover a la gente. Tuve una reafirmación de contar historias desde lo honesto”.

Todos los seres humanos, tienen cuentas pendientes y asuntos por resolver. “De esta experiencia, me llevo el hacerle caso a mi intuición. A contar historias desde lo honesto y genuino y entendí que todo el mundo tiene una historia y sus asuntos inconclusos, y eso, es lo que nos une como humanos... esa es la verdadera esencia”.

No dejes de ver Cuentas Pendientes en los cines Fine Arts: Miramar y Popular Center, y en Cinema Bar. 

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