Todo país tiene su historia. Un conjunto de sucesos importantes con personalidades principales cuyas acciones, muchas veces heroicas, cambian para siempre el rumbo del país. Podemos verlas en sus monumentos, museos, nombre de avenidas principales, parques temáticos, escuelas, estadios deportivos y hasta en cementerios. Son muchos los lugares alrededor del mundo, a donde llegan visitantes motivados en conocer sobre los héroes nacionales y los sucesos que cambiaron la historia del país. En la gran mayoría de los países, el día más celebrado es el día en que se lograron descolonizar y alcanzar la independencia, y los héroes nacionales más grandes, son aquellos que lideraron esa revolución. Héroes de guerra, personas valientes que representaron a un grupo que decidió tomar las armas y sacrificar sus vidas por algo que entendían valía la pena morir, de ser necesario: ser libres.

En Puerto Rico es diferente, pues aún somos colonia. Sin embargo, tenemos héroes y eventos de lucha y sacrificio, por ese mismo ideal. Estos, a pesar de que no lograron su objetivo final, sí han dejado para siempre su huella. ¿Pero qué sucede en una colonia? Pues estos héroes que lucharon pero no lograron concretar esa anhelada revolución, muchas veces quedan en segundo plano o sus historias son editadas y hasta suavizadas para el oído del colonizado. Por suerte, aún en nuestro estatus colonial, tenemos mucha historia y lugares que podemos visitar para conectar más con esta.

Celebrando septiembre, mes que marca la lucha pro independencia en Puerto Rico y como parte del 150 aniversario del Grito de Lares, queremos compartir contigo una lista de lugares que puedes visitar y que te contará la historia de revolución en la isla. Un turismo diferente con el que complementarás tu conocimiento y conectarás más con la historia de tu patria.

1. Cementerio María Magdalena, Viejo San Juan

En distintas partes del mundo, hay cementerios famosos cuyas características atraen visitantes de todas partes del mundo. Entre estos el cementerio de Recoleta en Buenos Aires, donde muchísima gente llega atraídos por la tumba de Evita Perón, cuyo cadáver ha tenido tanta historia como tuvo la persona en vida. Otro cementerio es el Père-Lachaise en Paris, donde descansan entre muchos Edith Piaf, Oscar Wilde y un espacio objeto de culto de miles de visitantes: la tumba de Jim Morrison, vocalista de la banda americana The Doors. Pues en el Viejo San Juan, a orillas del océano Atlántico y al costado del emblemático castillo San Felipe del Morro, tenemos el Cementerio María Magdalena el cual alberga algunos de los personajes más importantes de nuestra historia, entre ellos, Don Pedro Albizu Campos. Es un lugar para rendirle respeto a varios patriotas y admirar las diferentes tumbas con sus características especiales a lo acostumbrado. Cerca de la Albizu, también descansan los restos de Lolita Lebrón.

2. 156 Calle Sol, Viejo San Juan

Ya estando en el Viejo San Juan puedes pasar por esta localización en la esquina de la calle Sol con la calle Cruz. En el presente, este edificio alberga a St Germain en el primer nivel y The Mezzanine en el segundo. Esta fue la sede oficial del Partido Nacionalista de Puerto Rico y residencia del patriota y dirigente nacionalista, Don Pedro Albizu Campos hasta su arresto luego de los actos revolucionarios de 1950. En el segundo nivel, podrás encontrar la memorabilia con fotos, textos y algunas frases ilustres referentes a esta parte de la historia.

3. Cerro Maravilla

Este punto en las montañas altas de la Cordillera Central, guarda la historia de los sucesos en donde dos jóvenes puertorriqueños independentistas fueron asesinados por manos de las autoridades. Una emboscada el 25 de julio de 1978 cerca de las torres de comunicación, fue el escenario para la matanza de Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví, quienes acompañados del agente encubierto, Alejandro González Malavé, se dirigían a este lugar con la intención de sabotear torres. Allí fueron recibidos por varios policías quienes los asesinaron. Esto ante la aprobación del entonces gobernador, Carlos Romero Barceló quien calificó a la policía como “héroes”. Recientemente, la cantante ILe lanzó el vídeo ‘Odio’, en donde recrean los hechos ocurridos.

4. Museo Casa Canales, Jayuya

Otra de las grandes gestas revolucionarias ocurrió en Jayuya y el Museo Casa Canales, cuenta la historia de este suceso. Esta es una recreación de la casa original de la familia Canales a la que pertenecía Blanca Canales, quien fue líder de la Revolución de 1950 y cuya casa sirvió de almacén para armas y municiones. Desde este punto fue que los nacionalistas partieron hacia la plaza de Jayuya a iniciar la revolución. Estando en la plaza Blanca alzó la bandera puertorriqueña, la cual estaba prohibida para el momento, y declaró “Viva Puerto Rico Libre”, en uno de los momentos más memorable de aquella hazaña.

5. Museo de la Masacre de Ponce

Uno de los sucesos más triste de la historia de Puerto Rico fue la Masacre de Ponce. Y el pequeño Museo De la Masacre de Ponce, mantiene el recuerdo intacto de esta tragedia que terminó con la vida de 19 personas. Aquí podrás hacer un recorrido por la historia, una mapa de los hechos y la historia del edificio. Fue en este espacio, el cual albergaba la zapatería del nacionalista Casimiro Berenguer, donde los nacionalistas en Ponce se reunían y fue desde este punto, desde donde partieron en una marcha el domingo 21 de Marzo de 1937 -Domingo de Ramos-, la cual terminó en masacre en esa misma esquina; entre la Calle Marina y Calle Aurora. Para visitar es necesario hacer una cita.

6. Paseo 24 de septiembre, San Sebastián

Luego del Grito de Lares el 23 de septiembre de 1868, en San Sebastián del Pepino tienen su historia del 24 de septiembre. En San Sebastián ocurrió la Batalla del Pepino. El encuentro entre la milicia española y los revolucionarios que llegaban de Lares con la intención de extender territorio. Esta batalla sucedió en la misma plaza del pueblo donde hoy día se encuentra el Paseo 24 de septiembre, al costado de la Parroquia San Sebastián Mártir. Este es un mural que cuenta en orden cronológico los sucesos de ese evento que nació en Lares y lamentablemente culminó en San Sebastián.

¡Bono! Y si deseas ampliar más la experiencia, aquí te dejamos otros lugares de interés:

Parque Pedro Albizu Campos, Ponce

Inaugurado en el 1991 en el barrio Tenerías de Ponce, en terrenos donde estaba la casa donde se crió el líder nacionalista. Este espacio en ocasiones es utilizado para actividades que honran al líder, como por ejemplo, en el día de su natalicio.

Mausoleo Betances, Plaza Pública Cabo Rojo

Ramon Emeterio Betances pagó caro sus deseos de vivir en un país libre pues vivió gran parte de su vida en el exilio. Desde fuera del país ayudó en planificar el Grito de Lares y fue en París donde finalmente pasó sus últimos años hasta la muerte. Originalmente sus restos fueron enterrados en el famoso cementerio Père Lachaise en París pero en el 1920, 22 años luego de su muerte, fueron trasladados a su ciudad de origen: Cabo Rojo. En la plaza está su mausoleo en el espacio donde fueron colocadas sus cenizas.

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Salon Boricua(Barbería), Villa Palmera

Calle Colton esquina calle Barbosa en Villa Palmeras. Este punto aunque no está identificado, sí cuenta un suceso importante a recordar. Uno de los personajes de los eventos del 1950 fue el barbero Vidal Santiago. Él era miembro de partido nacionalista y barbero de Albizu Campos. Durante los actos revolucionarios la policía y el FBI lo acorraló solo en su barbería e iniciaron lo que fue una balacera que duró varias horas. Fue Vidal contra sobre 10 oficiales, quienes pensaban que estaban combatiendo contra un ejército nacionalista. Al final se sorprendieron cuando se dan cuenta que era solo él y que además sobrevivió el tiroteo. Igual se sorprendieron todos los radioescuchas que escucharon todo en vivo por WKAQ. Proponemos la colocación de una placa, que identifique este punto como parte de la lucha revolucionaria en la isla.

Plaza de la Revolución, Lares

Junto a un obelisco, un árbol de Tamarindo honra la revolución de Lares del 23 de septiembre de 1868. Cuenta la historia que conmemorando ese día y los hombres caídos, Pedro Albizu Campos lo sembró.