Por: Rocío Sixto
La noche del pasado lunes 29 de julio tuve el lujo y honor de ser una de las personas escogidas por La MiO para recibir el regalo de escuchar en vivo el estreno de su primer álbum, "Con to' los Powers". Y vaya que sí le bajó con todo en este disco y en el increíble concierto que fue su debut en La Escalera.
La familia de amig@s que estábamos allí, llenos de orgullo, pudimos ver a Mio sobre el escenario con una presencia imponente y un dominio de los ritmos y las letras que dejó boquiabiertos a más de un@. Pudimos ser testigos de una mezcla rítmica exquisita: de la bomba al vallenato, del rap a la bachata, del maracatú a la plena, del reguetón a la trova, con toques de electrónica, jazz y hasta rock and roll. Sus letras tocan todas las fibras, desplegándose ante ti como un papiro que resume poéticamente la sabiduría adquirida a través de profundas experiencias de vida y del conocimiento que viene con las vivencias del día a día, tanto en el campo boricua como en las calles de varias ciudades del mundo.
Era imposible no bailar, no cantar los coros con ella, no levantar los brazos como una lanza taína cuando sus canciones invocan la justicia y la equidad. Imposible no soltar un "Ahww" cuando la belleza de su narrativa te provoca nostalgias, o un "¡Eso PuÑ...!" cuando sus cantos se vuelven llamados de la verdad.
El concierto, al igual que el álbum, estuvo lleno de fuerza y valentía, destacándose especialmente el valor de explorar una sonoridad completamente novedosa y ecléctica. A mis 41 años y con muchos conciertos en mi haber, admito que raramente espero ver algo tan único y revolucionario como la propuesta de La MiO, que realmente le bajó con to´los powers.
Por supuesto, se pudo apreciar y disfrutar enormemente la influencia y el talento musical que aporta Monokike a esta fórmula ganadora. El espectáculo que presentan es interactivo y audaz, demostrando las habilidades de ambos artistas para tocar varios instrumentos mientras cantan y manejan la tecnología. En serio, una admiración extraordinaria por su dedicada labor y un gustazo enorme haber podido apreciar cuánto se crecen ante un público que, repito, no pudo parar de moverse en toda la noche.
Al cerrar los ojos y sentir su música, podía visualizarlos en la tarima de un gran festival en cualquier parte del mundo, frente a miles de fans; porque es ahí a donde predigo que llegarán La MiO, Monokike y su gran propuesta musical. Solo alguien con la experiencia sonora y rítmica de MiO podría haber dado a luz un disco tan completo como este, algo único, auténticamente caribeño y latinoamericano, y al mismo tiempo, global y humano. Gracias, Mio y Monokike. No puedo esperar por el próximo show.